Entorno / Ubicación

El pueblo de Alozaina ocupa una posición ligeramente elevada en el borde occidental de la Comarca del Valle del Guadalhorce. Sus tierras se extienden desde el Valle de Río Grande (afluente del Guadalhorce), al sur, hasta la cima de Sierra Prieta, al norte, poniendo en contacto, de este modo, las tierras del Valle con las montañas orientales de la Serranía de Ronda.

Esto permite a Alozaina disfrutar de un paisaje natural variado, que encuentra en las laderas de Sierra Prieta sus más bellos parajes, especialmente el de la Ventanilla, al que se accede por la pista forestal de la Cuesta de Pino Alto. Un recorrido de excepcional interés paisajístico, que permite disfrutar de magníficas panorámicas sobre el Valle del Guadalhorce.

El casco urbano conserva la típica arquitectura de los pueblos andaluces hasta el punto de que en 1977 fue declarado el pueblo más bonito de España, entre otras razones porque se cuenta con preciosas calles de casas encaladas, llenas de flores y una iglesia parroquial que preside el conjunto urbano. Esta iglesia, bajo la advocación de Santa Ana, data de finales del siglo XVIII, aunque una inscripción apunta su origen en el primer cuarto del siglo XVII. Tiene planta de cruz latina con cubierta de madera y del exterior resalta su gran torre de planta cuadrada que culmina en un cuerpo de campanas octogonal rematado con un tejado en forma de pirámide.

Otros lugares de interés, situados en las inmediaciones del pueblo son el Castillo y los despoblados de Ardite y Jorox, los tres de origen medieval. En el cortijo de Los Hoyos de los Peñones existe una pequeña iglesia y una necrópolis de la época mozárabe.

Alozaina es uno de los pueblos de las estribaciones de la Serranía de Ronda y a la entrada del Valle del Guadalhorce que cuenta con una riquísima gastronomía por la cantidad y variedad de platos, tales como el ajo porro frito con huevos, conejo al ajillo y con tomate, gazpachuelo, enblanco, malcocinado, salmorejo y tortillas de bacalao. En invierno son típicas las coles, las gachas, el potaje de garbanzos con bacalao y ajos, los huevos fritos con espárragos, la sopa de caldo por encima, la sopa hervida y la tortilla de espárragos trigueros. En verano, la ensalada de pimientos asados, el gazpacho y el gazpachillo. Su repostería la componen el pan de higo, las rosquillas de miel y los roscos de vino.